Porque un poco todxs somos Sherlock Holmes
Borges afirma que el lector de cuentos policiales existe en todo el mundo y posee una actitud que aplica en la lectura de cualquier género. Se trata de una posición deductiva, alerta, que busca anticipar a medida que aparecen los elementos que en un primer momento pasan desapercibidos pero que terminarán siendo decisivos en la resolución (las teorías de Piglia sobre las dos historias y sobre los finales tienen mucho que ver con esto). En realidad, creo que todo el mundo es hoy en día este tipo de lector, ya que el género policial es uno que ha quedado muy instaurado tanto en sus formas tradicionales (el pico de popularidad es Sherlock Holmes) como en otras más transversales a otros marcos y estilos (debido justamente a que la actitud del lector de policiales es universal). Borges atribuye la existencia de esta característica lectora a Poe, dado que es quien creó (o más bien escribió los primeros cuentos de) el género policial. A continuación cuenta acerca de la vida de Poe, intentando reconocer qué hay detrás de la invención del género. Encuentra una intención de Poe por hacerse identificar por una figura altamente inteligente, y por eso modela el tipo de trama que requiere de la figura de un detective de guante blanco, que resuelve crímenes prácticamente perfectos en casos casi imposibles mediante la deducción, el razonamiento y la lógica. El detective además es una figura algo enigmática, fría, que piensa de una forma distinta a la gente común, y es por eso que Poe sitúa a su personaje y a sus historias en el mundo francófono, siempre visto como cultura opuesta - dentro de lo occidental - a la suya anglosajona. Otro aporte que sería continuado luego por Conan Doyle para las aventuras de Sherlock Holmes es la postura del narrador, que es un personaje testigo que convive con el inspector y lo admira. La temática de los dos amigos, opuestos entre sí, para que el protagonista resalte sus características aún más, es rastreada por Borges hasta El Quijote, y continúa hoy siendo muy usada.
Tan extendida está la lectura del género que Borges afirma que hoy en día la resolución de la opera prima, Los crímenes de la Rue Morgue, no es suficiente: debería releer el cuento, pero creo que se refiera a que deja demasiados indicios, y un lector acostumbrado deduciría el argumento antes. O simplemente, a que una resolución sobrehumana es un artilugio no válido, como el rechazo a los cuentos fantásticos cuyo final es que todo había sido un sueño. Borges halaga en cambio - siempre teniendo en cuenta que es un lector acostumbrado, sin desmerecer lo innovador de Poe en su momento - cuentos como El hombre invisible, de Chesterton, donde la dinámica es al revés: en un marco fantástico, incluso de ciencia ficción, la resolución termina siendo realista y de un nivel de sutileza propio del policial blanco.
De Poe, en definitiva, Borges destaca que la invención del género policial - y la consecuente aparición del lector de policiales - ayudó a la idea de que la literatura es un ejercicio racional. Y, si bien siente que el devenir del género, con los policiales negros americanos, pierde la esencia y está en decadencia, admite que no es poca cosa conservar una estructura, contar la historia con inicio, desarrollo y final, y ese es un complicado ejercicio que el policial requiere.
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